La dama, también conocida popularmente como reina (♕/♛), es la pieza más poderosa en el juego de ajedrez, debido a la amplitud de movimientos que puede llegar a realizar, y vino a sustituir a fines del siglo XV a otra pieza menos poderosa y más antigua llamada alferza en el juego. Cada jugador comienza el juego con una sola dama, colocada en el centro de la correspondiente primera fila al lado de su rey. En el shatranj, antepasado histórico del ajedrez, la pieza antecesora de la dama, llamada fers o visir, era mucho más débil que su correspondiente actual, pues sus movimientos eran similares a los del rey.
Los principiantes a menudo buscan sacar la dama cuanto antes, en las esperanzas de pillar la posición enemiga e incluso de lograr un jaque mate rápido. Si bien eficaz contra otros novatos, esta estrategia es generalmente desventajosa contra jugadores experimentados. Sin otras piezas de soporte, un ataque de la dama puede fácilmente ser rechazado. Por otra parte, dado que ésta es demasiado valiosa como para ser intercambiada por otra pieza, un defensor hábil puede a menudo ganar tiempo y espacio amenazando a una dama expuesta y forzándola a retirarse.
Según algunos autores, la eliminación de las damas marca a menudo la transición del medio juego al final. Después de que las damas y algunas otras piezas se han capturado, los reyes, al estar más seguros, pueden participar más activamente en los acontecimientos, y el foco del juego cambia a una lucha para promover algún peón, generalmente a una nueva dama. Sin embargo, no es necesario perder a la dama antes de ganar una nueva por promoción. Es así teóricamente posible, aunque improbable, que un jugador tenga nueve damas al mismo tiempo.
Ubicación[]
Los principiantes intercambian a menudo accidentalmente la colocación de la dama y el rey, por lo que se ha creado la siguiente regla mnemónica: "la dama en su color". Significa que la dama blanca comienza en una casilla blanca, y la dama negra en una casilla negra. En la notación algebraica del ajedrez, la dama blanca comienza en d1 y la dama negra en d8.
Movimiento[]
La dama posee el movimiento combinado de la torre y del alfil, moviéndose en línea recta en las filas, columnas y diagonales. El número de escaques que puede atacar a un tablero vacío varía del 21 al 27 escaques, siendo más efectiva en el centro del tablero. No puede saltar piezas de un mismo color o del adversario. Su movimiento de captura consiste en ocupar el escaque de la pieza adversaria.
Potencial y Valor[]
La dama está a sus anchas cuando el tablero está abierto, cuando el rey enemigo está pobremente defendido, o cuando hay piezas flojas o volando, es decir, sin defensa, en el campo enemigo. Debido a su rango y a su capacidad de moverse en más de una dirección, está bien equipada para ejecutar ataques dobles, en los que se amenaza capturar (o se da jaque, si se trata del rey) a dos piezas indefensas a la vez.
Se considera que la dama posee un valor de 9 puntos. Esta pieza es por lo común algo más poderosa que la combinación de torre y alfil, mientras que es levemente menos capaz que dos torres juntas. Debido a que es más valiosa que cualquier otra pieza, es casi siempre desventajoso intercambiarla por otra que no sea la dama enemiga, a menos que el hacerlo conduzca a una posición donde el rey puede ser objeto de jaque mate.
Historia[]
La dama en el ajedrez, también conocida como reina, ha evolucionado a lo largo de la historia del juego. Originalmente, en el ajedrez medieval, la pieza que hoy conocemos como la dama solo podía moverse una casilla diagonalmente y tenía un rango de movimiento mucho más limitado. Fue en el siglo XV cuando la reina ganó su poder actual de moverse en línea recta y diagonal, convirtiéndose en la pieza más poderosa del juego. Esta evolución refleja los cambios en la sociedad y la posición de las mujeres a lo largo de los siglos.